Protección Anticorrosiva

Protege tus sistemas y alarga su vida útil por más de 30 años, evitando que la corrosión provoque fallas que impliquen costosas reparaciones de emergencia. Los sistemas contra protección de corrosión se dividen principalmente en 2, Sistemas de Protección Catódica y Recubrimientos:

Protección catódica: Sabías que cuanto menor es la resistividad del terreno, mayor es su capacidad corrosiva. La protección catódica constituye uno de los medios más efectivos para prevenir la corrosión, en algunas situaciones, impide completamente el desarrollo corrosivo.

El análisis de las condiciones electroquímicas para la aplicación de protección catodica, muestra que esta es efectiva y económicamente benéfica cuando la corrosión ocurre en las condiciones de despolarización po oxígeno con control del proceso de difusión, por ejemplo, la corrosión de metales en suelo, agua y soluciones acuosas neutras. Por esta razón la protección catódica ha encontrado mayor aplicación para protecciòn de estructuras metálicas de acero subterráneas, por ejemplo en cables, gasoductos, oleoductos, acueductos, etc.

Generalmente, la protección catódica se divide en dos métodos de aplicación:

Protección catódica por ánodos de sacrificio: Se lleva a cabo conectando eléctricamente la estructura metálica con un metal (protector), cuyo potencial de corrosión es más negativo (más anódico) que el potencial de la estructura, en las condiciones dadas. De esta manera, el metal protector juega el papel de ánodo en la celda de corrosión estructura metálica-ánodo protector, provocando la polarización catódica necesaria de la estructura metálica. Como ánodos de sacrificio se utilizan metales baratos como aleaciones de zinc, magnesio y aluminio, cuyos potenciales electroquímicos son suficientemente negativos.

La función del ánodo de sacrificio está limitada a una distancia determinada que depende de la conductividad del medio y el potencial electroquímico del ánodo. Una desventaja de esta protección electroquímica es la pérdida irrevocable del ánodo de sacrificio y su reemplazo periódico. Esta protección no es aplicable en ambientes con una alta resistencia eléctrica.

Protección catódica por corriente impresa: Este método ofrece varias ventajas, comparado con el método de protección catódica con ánodo de sacrificio, cuenta con un a mayor eficiencia, posibilidad para protección de estructuras metálicas de área grande, la corriente exterior y el potencial aplicado se controlan y ajustan fácilmente. El voltaje de la corriente directa que se aplicará, debe ser de tal valor que garantice el estado inmune de la estructura.

Como materiales de ánodos galvánicos se utilizan acero y acero gris (ánodos solubles), o aceros inoxidables, grafito, aleaciones de plomo (ánodos insolubles). Es aconsejable en suelos que presentan una baja resistividad y que por ende realizan una mejor conducción.

Los sistemas de protección catódica comunmente son acompañados de sistemas de recubrimientos que coadyuvan a tener una mejor protección, ya que la superficie de metal desnudo expuesto al medio corrosivo es mínima.

Por otro lado algunos tipos de recubrimiento anticorrosivo pueden proteger la tubería brindando resistencia mecánica y química

Protección con poliuretano de 100% sólidos: Es uno de los más innovadores sistemas en el campo de los recubrimientos anticorrosivos, este procedimiento consiste en aplicar un recubrimiento especial con 100% sólidos, este término significa que el recubrimiento no contiene solventes ni componentes orgánicos volátiles. Este tipo de recubrimiento no tiene riesgo contra el fuego y genera un bajo riesgo a la salud en su aplicación. La ventaja principal de este tipo de recubrimientos es que están diseñados para durar entre 30 a 50 años sin tener que aplicarle más recubrimiento, están considerados como grado alimenticio.

Estos recubrimientos proveen una duración a largo plazo excepcional contra la corrosión y abrasión.